martes, 17 de agosto de 2010

Consultoras IT, ETT de "lujo" especialistas en especulación del trabajo ajeno

Seguramente muchos de los que leáis esto, identificareis algunas de las conductas y "políticas de empresa" que se mencionan a continuación, por desgracia no son exclusivas de una o de pocas empresas de este sector, por lo que imagino, que al igual que yo, podéis haber vivido situaciones, similares a lo largo de vuestra carrera profesional. En los casos que no lo hayáis sufrido en carne propia, imagino, que tenderéis a pensar que se trata de exageraciones provocadas por el despecho de un trabajador insatisfecho con sus "jefes". Puede que sea así pero antes de descartar aquello que no encaje con vuestras experiencias, pensad que otras personas estarán en la situación contraría, las experiencias que vosotros hayáis identificado como reales les parecerán surrealistas porque no las habrán vivido en primera persona.


Sobre Consultoras IT, y otros chiringuitos que se subieron al carro de los altos beneficios con bajos costes (I).

Amparados por una época de bonanza, ya perdida y olvidada, los chiringuitos, conocidos como consultoras it surgieron y crecieron como setas venenosas en otoño amparadas por sus clientes unas macro compañías que preocupadas por el crecimiento de sus plantillas, y los problemas sindicales que arrastraban. Aprovecharon las facilidades que les brindaba una legislación laboral mas que permisiva con la contratación temporal. Cultivadas por los dueños de estas ETT de "lujo", los típicos comerciales, parásitos sin oficio ni beneficio, cuyos únicos méritos siempre fueron aceptar todo sin saber a que se comprometían bajo el lema "ese no es mi trabajo (hacer milagros, como multiplicar horas y recursos, es cosa tuya), y el tener contactos a los que invitar a comer y beber de gorra.
La proliferación ha sido tanta que desde hace varios años el modelo está agotado, por no decir que ha sido esquilmado.

Los pilares podridos de una "ETT de lujo", léase consultoras IT.

La escasa capacidad e interes por su negocio, que no va más allá del interés al corto plazo, de aquellos que toman las decisiones e este tipo de empresas hace que sistemáticamente se repitan los comportamientos y las formas de gestión del día a día de estos chiringuitos, reproduciendo modelos y abocados al fracaso y rayando en la ilegalidad laboral, amparados en la apatía y la insolidaridad entre trabajadores caracteriza a los profesionales de este sector.

La formación
La gran olvidada en este modelo de negocio. Reclamada permanentemente por los trabajadores, que pretenden utilizarla como trampolín para el salto entre empresas. Cuando existe no es correctamente aprovechada, lo que permite a las empresas escudarse en este motivo para minimizar, o eliminar, la partida dedicada a este objetivo.

Buscando siempre la "optimización" y la reducción de costes, no se duda en retocar datos para poder acceder a las ayudas de las instituciones oficiales (como el FORCEM) o al socorrido recurso de montar formación con "recursos propios" que en muchos casos no cuentan mas que con un ligero barniz tecnológico conseguido gracias al libro adquirido, después de grandes esfuerzos y súplicas, por la empresa en Amazon; o se entra en un regateo, sin sentido, con los clientes, hinchando los precios para que al final salga gratis pero parezca que se han compartido los gastos.

Sin embargo, siempre hay una partida de dinero para abordar cursos de dudosa utilidad y necesidad solo para los elegidos, la camarilla de los directores, aquellos que no cuestionan sus decisiones y les ríen sus chistes, como bufones medievales, mientras a los empleados se les niega cursos técnicos imprescindibles para poder desempeñar sus funciones ocasionado por el axioma "no hace falta conocimiento técnico si no llevarse bien con el cliente" y "todo el mundo vale para todo". Curiosamente cuando la formación ha de hacerse en el extranjero, aunque sea técnica, siempre se convierte en una oportunidad para hacer contactos y negocio, por lo que tiene que asistir un comercial o director, dependiendo de lo atractivo del destino, que luego se "encargará" de difundir el conocimiento, a través de alguna herramienta o política de empresa para la gestión del conocimiento, siempre de muy dudosa eficacia.

Identificación con la empresa
El mayor talón de Aquiles del sector, queja permanente de todo jefe que se precie es la baja identificación del empleado con una empresa que, en un alto porcentaje de casos, se dedica únicamente a hace una transferencia mensual a su cuenta corriente, en el mejor de los casos, a tiempo y por la cantidad acordada.

Según los responsables de este tipo de empresas, esto es culpa del trabajador que no tiene claro quien es su jefe, léase quien le paga y por su poca profesionalidad, según su punto de vista su falta de "agradecimiento" a quien le da de comer.

En realidad esto no es mas que el resultado de una serie de lamentables políticas y usos empresariales, como son:

El abandono por parte de la empresa del seguimiento de sus trabajadores, no es raro el empleado que solo tiene noticias de su responsable cuando este necesita que le faciliten el acceso a las instalaciones del cliente y carece de verdaderos contactos que estén dispuestos a recibirle, por lo que se "cuela" en el cliente para "hacer pasillo" e incordiar a los clientes mendigando algo de trabajo; o cuando necesitan recabar información para presentar una propuesta, lo que se suele traducir en que necesitan a alguien que sepa de lo que habla para que les haga el trabajo sucio, para figurar si las cosas salen bien ya están ellos.

El siempre delicado asunto de las cenas de navidad de empresa, en general aborrecidas por los empleados que, a la mas mínima oportunidad, buscan "aguinaldos" alternativos como cestas o regalos pero que, en mas de una ocasión, se suprimen bajo un mensaje de contingencia de gastos y ajuste de cinturón, selectivo ya que se mantiene para la caterva de advenedizos, con regalos incluidos. Una buena forma de hacer empresa.

Los ajustes de cinturón selectivos siempre están a la orden del día, mas aún en época de crisis, aunque realmente no afecte a la empresa. Mientras se escatima con los gastos, justificados, de los trabajadores, obligando al uso de metro y autobús para los desplazamientos a las oficinas del cliente, el mayor coste de tiempo no importa, al fin y al cabo corre por cuenta del cliente o en el peor de los casos queda fuera del horario de trabajo del empleado, las comidas en restaurantes caros por cuenta de la empresa, a diario, los gastos de desplazamiento taxis y gasolina (los directores suelen disponer de coche de empresa que utilizan mas para su uso particular que para hacer su trabajo) o viajes particulares, camuflados como de trabajo para los jefes y sus bufones, se mantienen sin problemas

Revisiones saláriales totalmente tendenciosas y poco objetivas, que, por supuesto, deben mantenerse en el más absoluto secreto para, no provocar escándalos ni quejas, ¿por qué haría falta ocultarlo si fueran realmente objetivas?. En esto siempre juegan con la avaricia y el egoísmo personal del beneficiado que, por lo general, a pesar de mantener una buena relación personal con los perjudicados, prefiere seguir el juego para conseguir su propio beneficio aprovechándose, una vez mas, de sus compañeros, eso sin renunciar a la crítica sobre la gestión que realizan los jefes y mucho menos a los favores que le hacen sus compañeros a los que ha traicionado, sin olvidar la cara de pena y sentimiento de culpa fingido, cuando finalmente se descubre todo. En algunos casos se llega ha hacer un concurso de popularidad, planteando una votación entre los empleados para decidir como se reparten las revisiones saláriales. Curiosamente los trabajadores desplazados, que no tiene oportunidad de conocer a sus compañeros sino coinciden dentro de su proyecto con alguno, siempre obtienen los puestos mas bajos, frente a la minoría que trabaja en la oficina, administrativos, RRHH y comerciales, que tienen visibilidad y acceso a todos los empleados.

Aunque siempre se hace de espaldas a los empleados, la gente no es tonta y acaba detectando el desprecio por los trabajadores, y el uso de términos peyorativos, o el uso de "programador" como sinónimo de tonto o inútil, sin olvidar las descalificaciones personales o el intento de descrédito de todos aquellos que en algún momento les han dicho la verdad, poco agradable, cara a cara, y los comentarios sexistas, que dan vergüenza ajena, sobre las "cualidades físicas" de algunas empleadas, minoría en este negocio, que provoca la rijosa mente de algunos directores, de dudoso atractivo físico y mental, que se piensan que sigue en vigor el derecho de pernada, eso si todo de espaldas a la aludida para que no haya ocasión ni de réplica ni de denuncia por acoso.

La promoción y contratación de personal basada en las afinidades personales, cuando no en los lazos familiares, es moneda de curso legal en estas empresas de medio pelo. Por desgracia en una empresa privada esto no va contra la legalidad, como propietarios que son, tienen total libertad para decidir a quien contratar y despedir, esto no hace que resulte injusto y un agravio comparativo para el resto de los empleados que sufren la incompetencia de los "elegidos", hasta el punto de recibir reprimendas e, incluso, ser despedidos, por la incapacidad de los "compañeros" seleccionados con este método, sin contar con el comportamiento espía y saboteador de estos personajes dentro de la reuniones de los trabajadores para tratar asuntos laborales.

La exigencia de compromiso y "profesionalidad" con la empresa, con la pretensión de que actúes como si se fuera un accionista de la misma, sin tener ningún tipo de contraprestación a cambio, cuando se percibe un absoluta falta de interés de los dueños (léase directores) que dedican su tiempo a actividades personales, ya sean de ocio o de negocios paralelos en función de los objetivos particulares, que pueden ir desde creación y gestión de empresas propias, de lo más variopintas y pintorescas al cultivo del cuerpo supeditando su horario laboral al del gimnasio obligando a convocar reuniones fuera de la jornada laboral de los trabajadores, hasta satisfacer su egolatría de pseudos tertulianos de programa rosa de televisión, escribiendo novelas de dudoso gusto y valor literario o cualquier otra invención que esté de moda en un momento dado.
Entiéndase bien lo que digo, como dueños, que no directores, pueden dedicar el tiempo, por el que cobran de la empresa, en lo que les plazca siempre que esto no repercuta negativamente en los trabajadores, como es el caso de las reuniones que antes mencionaba, o vaya en detrimento de la actividad de la empresa, que siempre acaba achacándose a la falta de compromiso, negligencia y poca profesionalidad de los empleados.

Practicas ilegales.
Bajo el axioma "El beneficio de la empresa está en lo que se puede sisar al cliente y al empleado" y el todo vale, queda claro lo que los dueños no consideran a los trabajadores como parte de la empresa, salvo en los momentos de apuro en los que apelan a la profesionalidad y al espíritu de empresa del trabajador, siempre unidireccional, para que les saque las castañas del fuego.

Directrices para sugerir que renuncien a los reconocimientos médicos, que la ley les obliga a ofrecer a las incorporaciones, cálculo incorrecto de nóminas y finiquitos, conocida es la práctica generalizada de la absorción de los trienios dentro de algún concepto de la nómina y la no tan general, interpretación a medida del convenio colectivo (horarios en el cliente, distribución de días de vacaciones, prorrata de pagas extraordinarias, etc..)

Despidos "en periodo de prueba", motivados por permisos de boda, bajas por enfermedad o paternidad, esto solo para el caso de hombre, curiosamente la ley está mucho más sensibilizada con las mujeres y los dueños de las empresas tiene pavor a estas situaciones en el caso de las féminas. Cierto es que, a cambio, por regla general, las mujeres cobran unas cantidades sensiblemente inferiores que sus compañeros varones por el mismo trabajo.
Es de justicia destacar que estas acciones, se realizan con la aceptación del cliente de este tipo de prácticas, que no está dispuesto a asumir el sobrecoste que, para su proyecto, estas cosas suponen.

De esta picaresca no están a salvo los "estimados" clientes, víctimas de redondeo al alza de días facturados, facturación de días de vacaciones, permisos u horas sindicales, e incluso, en los casos más flagrantes, facturación de recursos dados de baja durante meses, sin olvidar la facturación de las horas hombre a dos clientes diferentes, que han contratado el 100% del trabajador, por la tarifa que se factura.

El despido por causas objetivas y los famosos expedientes de regulación de empleo, herramientas que las autoridades y sindicatos, han puesto a disposición de los empresarios para un abaratamiento de facto del despido libre, sin tener que modificar las leyes, que siempre sería motivo de movilizaciones y desgaste político, está a la orden del día en estas empresas, no como herramienta para la supervivencia de la empresa, si no como medio de ahorrarse unas cantidades y mejorar los ingresos anuales de los propietarios, pervirtiendo el objetivo de la ley, que esta pensada para resguardar el mayor número de puestos de trabajo, no para resguardar, las carteras de los empresarios.

Ganar subvenciones oficiales con proyectos mas o menos ficticios de hinchados presupuestos es moneda de uso común. Con el objetivo de cubrir el 100% de la cantidad buscada con el porcentaje que realmente cubre la subvención, no existe ningún decoro a la hora de inflar los presupuestos ni a la de justificarlos con horas falsas de trabajadores, incluso de personas que no han intervenido en el proyecto. Esta práctica se realiza con la connivencia, en muchos casos, de los clientes que ven estas ayudas como una fuente mas de ingresos. A esto no se escapan ni las pequeñas ni las grandes empresas.


El efecto secta.
Como en ningún otro sector han hecho su pernicioso efecto los "Libros de autoayuda". Dada la escasa formación empresarial que caracteriza a los dueños de empresas de nuestro país, y mas concretamente en el sector del que hablamos, normalmente intentan cubrir sus carencias acudiendo al remedio barato e inmediato de leerse un par de libros sobre gestión de recursos humanos, liderazgo, negociación, motivación,...

Escritos por autores norteamericanos y pensados para una cultura anglosajona, donde la valoración y recompensa del trabajo es mucho mas objetiva y está vinculada a los resultados y no al número de horas empleadas o a las afinidades personales, su extrapolación a nuestro entorno ha resultado nefasta, sobre todo por la tendencia a aplicar solo la parte que interesa al empresario y no el modelo completo, que creo de dudosa eficacia en el mundo que nos rodea.

En general los dueños de este tipo de empresas buscan un comportamiento similar a los adeptos de una secta, fe ciega en los "lideres", nulo cuestionamiento de las decisiones "se te paga para trabajar, no para pensar", abnegación y dedicación absoluta, mas allá de tus obligaciones contractuales y sin recompensa de ningún tipo.

Para ello utilizan, las típicas herramientas de este tipo de sociedades
Absoluta Falta de autocrítica, todos los problemas y errores de la empresa están generados por otros, desde la situación económica hasta el manido " Enemigo exterior", en este caso el cliente, que siempre es quien lo hace mal, pasando por la incompetencia, falta de profesionalidad e interés de los trabajadores, que parece que nunca velan por los intereses de la empresa.

Ligada al compromiso del trabajador con la empresa, nunca en sentido contrario, siempre parece existir la idea de que el trabajador le "debe" algo a la empresa, por "tener" trabajo, cuando la realidad es justo la contraria. Bajo este prisma, la empresas se creen con el derecho de exigir que se "devuelva" el favor "siendo profesional", entendiendo por ser profesional la renuncia a los derechos laborales o trabajar horas extraordinarias no remuneradas para que, los proyectos, mal dimensionados, resulten rentables.

Hace unos años un buen profesional se caracterizaba por hacer bien su trabajo, para el que había sido contratado y no para lo que le parece al jefecillo de turno, y no por aceptar todas las arbitrariedades de sus jefes como un tonto, en un supuesto gesto de agradecimiento y "profesionalidad" que más, parece sumisión al señorito, como refleja Miguel Delibes en su obra los santos inocentes, situada a principios del siglo XX.

Discurso de captación-fidelización. Una herramienta ampliamente usada durante la fase de captación, previa a la incorporación a la empresa es el discurso de captación, que posteriormente se convierte en fidelización.

Se invierten horas en diseñar este discurso y mas aún en hacer que sea practicado y asimilado por los pobres trabajadores encargados de la selección, que pasan mas de un mal rato, hasta que consiguen "asimilar" este mensaje falso, plagado de ambigüedades, cuando no de puras mentiras, con tono de secta religiosa buscando el fanatismo ciego y el sacrificio de los intereses personales, vida familiar y económicos, en aras de un "bien superior", la empresa, es decir el beneficio de los accionistas.

Es curioso la cantidad de dinero que se puede llegar a invertir solo por evitar manejar conceptos objetivos de captación-fidelización, como son revisiones saláriales, planes de carrera pactados y firmados así como otra serie de conceptos que ya hace mucho tiempo se inventaron pero que tienen un coste económico para la empresa.

La figura de líder de toda "sociedad" vertical y autoritaria, debe basarse en la figura de un líder carismático el caso de este tipo de empresas no iba a ser una excepción.

La creación de una imagen de liderazgo, basada en mentiras sobre la capacidad y el buen hacer de determinados personajes que, a claras luces, solo destacan en el entorno controlado y mediatizado del mundo de fantasía que se montan a su alrededor, es algo que no suele faltar en toda consultora IT que se precie. Alimentado por el ego desproporcionado de los dueños y sus ínfulas de grandes hombres que disponen de "contactos al mas alto nivel dentro las grandes empresas del sector" pretenden en tener un carisma y capacidad de liderazgo que la naturaleza, por desgracia para ellos y por suerte para el resto de la humanidad, les ha negado.

Este escenario se traduce en que los trabajadores que cuestionan las directrices de la empresa son tratados como apestados, independientemente de que sus críticas sean acertadas o no, sembrando la idea, tantas veces empleada por los regímenes autoritarios y las sectas religiosas autodestructivas de "ellos o nosotros", de eficacia demostrada a lo largo de la historia, para acabar con la iniciativa individual, el pensamiento independiente o el pensamiento crítico sobre las decisiones de "los superiores".

Claramente este tipo de empresas no funcionan de forma asamblearia ni nada parecido no son cooperativas, para eso disponen de una dirección, teóricamente competente y que busca el bien de todos, responsable de tomar las decisiones; pero de ahí a anatemizar a aquellos que no comparten sus puntos de vista, y eliminar cualquier iniciativa personal, sugerencia, o crítica constructiva, por considerar que su único objetivo es sistemáticamente crear mal ambiente o hablar mal de los directores, hay mucho trecho.

4 comentarios:

  1. Es increible, cierto punto por punto..Yo trabajo en una consultora IT, como "Auxiliar Administrativa" siendo Licenciada en Ccias del Trabajo, con un Master en RRHH . El único punto en el que te equivocas es en el que la gente de oficina estamos mas valorados de cara a las Revisiones Salariales..Parece mentira que digas eso, no has caido, en que nosotros somos un cargo por el que no facturan? Enhorabuenísima!

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  2. No en los casos "productivos" que trabajan sin estar desplazados.

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  3. Muy buena entrada, imagino que un poco exagerada. Yo estoy empezando en este mundo y me interesa saber como son las cosas. Con mi corta experiencia, lo único que veo es que todos prometen muchas cosas, pero a la hora de la verdad nadie las cumple.

    Gracias

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  4. Llevo 26 años trabajando en esto, y tristemente lo relatado es cierto al 100%, he trabajado tanto en multinacionales como pequeñas y medianas empresas. Tan solo somos carne de cañon a triturar por unas empresas que tan solo actuan como intermediarios o representantes para colocarnos en el cliente, cuando saldría mucho más economico eliminarlos y facturar directamente
    al cliente. Ganariamos todos.

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