Después de 50 años con el mundo occidental dividido en 2 ideas políticas interesadas en demostrar que eran las mejores.
Con la desintegración de la Unión Soviética y la caída del comunismo el capitalismo, sobre todo en su versión europea , había triunfado demostrando que era capaz de generar una riqueza "compartida" que se reflejaba en un estado del bienestar para todos.
Pero los tiempos, y los intereses, cambian. Ya no hace falta demostrar y subvencionar que con el capitalismo se vive mejor, y los países emergentes ,muy lejos de ese estado de bienestar, gracias a la sangría y especulación occidental, empiezan a atosigar a las economías del primer mundo.
 Estos paises, por  la falta de los mínimos derechos sociales, y en algunos casos humanos, ofrecen unas condiciones contra las que no son capaces de competir las economías del 1 mundo.
Ahora a nadie le interesa mantener un status quo político, que demuestre que sus idea son las acertadas, no hay quien de la réplica.
Por supuesto, que a los brillantes políticos y dirigentes, de ambos mundos, a salvo ,en sus burbujas diseñadas a medida, de estos vaivenes no se les ha ocurrido que la solución pasara por acabar con la explotación de los trabajadores en los países en vías de desarrollo, eso no sería interesante para el modelo capitalista y los grandes especuladores y empresarios, es mucho mejor acabar de una vez para siempre con el estado del bienestar, una vez cumplido su objetivo, servir de arma contra el modelo de sociedad comunista.